18 de julio de 2015

PRECONGRESO ESCUELAS CATOLICAS

Fue en la huerta de Moncada, Valencia,  en plena  revolución industrial, cuando una joven humilde, y trabajadora, Francisca Pascual Domenech, escucha el grito dolorido de los  humildes de su tiempo: el  de la obrera en la fábrica de seda o  de tabaco,  de las niñas que obligadas a trabajar crecían sin infancia ni  educación; del transeúnte o  anciano abandonado,  del enfermo  marcado por la lepra, escondido  en el valle de Fontilles;  de los niños sin futuro por discapacidad  auditiva  o visual…

Convencida de que el amor de Dios transforma la vida de los débiles y desfavorecidos, funda en Valencia  la Congregación de Hnas. Franciscanas de la Inmaculada en el año 1876,  guiada por el ejemplo del  Pobrecillo de Asís. Y así comienza la andadura de esta Congregación, en la hermosa y al mismo tiempo difícil tarea de elegir a los sencillos para  construir con ellos una opción de fraternidad, de paz y bien.

Por eso para las Franciscanas de la Inmaculada, la educación hacia los más débiles es un imperativo ineludible. Creen en la educación como instrumento insustituible en el crecimiento personal y  el progreso social, y hacia ella vuelcan  su empeño más querido.  Hoy en España su propuesta educativa busca integrar y potenciar las dimensiones básicas del ser humano,  convertir sus colegios en una invitación viva a “hacer  siempre el bien”  con solicitud y alegría, en  crecimiento y libertad personal.

La intuición de M. Francisca es seguida actualmente, los educadores, religiosas y seglares,  que dedican su vida a impulsar el  crecimiento humano, espiritual y cultural de la infancia y juventud en 11 colegios de España, 3 en la ciudad de  Valencia y otros  en las localidades de  Alzira, Torrent, Benisa, Palma de Mallorca,  Málaga, Madrid, Teruel y Zaragoza.

Agrupan a 440 maestros y profesores, rehabilitadores y terapistas… que  hacen visible  el carisma  recibido entre 5.300  niños y jóvenes  y sus familias. 

Hermanas y  profesores  sienten  en el día a día,  que “el amor de Dios si no se expansiona en el prójimo,  es una tragedia” y responden a esta convicción  con su entrega y buen hacer profesional en unos colegios que desean abiertos a los nuevos enfoques  educativos.  En esta escuela cambiante que amplía horizontes y hace de la innovación un continuo, actúan con estilo y talante propios,  para hacer  de   los colegios, referentes de  excelencia educativa.

Al fin, la razón última de estos centros escolares es acompañar el crecimiento integral de los alumnos, muchos de ellos  con discapacidad,  y orientarlos hacia la experiencia de fe que nace del encuentro con la persona de Jesús.

El sueño de M. Francisca por una educación – que ella no había recibido-  la llevó a abrir caminos de inclusión para la persona con discapacidad auditiva o visual y a la búsqueda de experiencias  educativas  retadoras.

Hoy mantenemos  su sueño. Lo hacemos desde  una  propuesta inclusiva para el alumno de Infantil, Primaria, ESO o Bachillerato y de forma cálidamente preferencial, para el niño con necesidades educativas especiales.

El amor a los débiles, la  confianza en la fuerza provocadora de la educación y la intuición  de que la persona es siempre un MÁS que pugna por crecer y encontrar su lugar y reconocimiento,  fueron marcando el camino de Francisca Pascual. Ese camino fue  su gran contribución a la educación y la sociedad en aquel momento.


De ese convencimiento se nutre hoy la propuesta educativa de las Hnas. Franciscanas de la Inmaculada que responde al reto de la excelencia y la innovación  desde e impulso de muchos y  la suma de  pequeñas innovaciones y  proyectos reales.  Un camino que emprenden  en la Red de sus centros educativos, para contribuir a  Hacer  siempre el Bien.


https://youtu.be/-ndkeOuhVEQ

2 comentarios:

  1. Que grandeza la de esta mujer humilde que supo atender la necesidades de su tiempo,siendo hoy de mucha actualidad,trabajar en centro HFI, es todo un compromiso de vida

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  2. Somos muchos los que apasionados con nuestra vocación hacemos el bien en los colegios para que nuestros alumnos crezcan de manera integral. Gracias Madre Francisca

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