Celebrar los 25
años de casados de cualquier pareja, es algo habitual (bueno….en estos tiempos
que corren no tanto…) pero si que es algo que llena de alegría a la familia, a
la pareja y que se suele celebrar siempre de una u otra manera. Y la frase que
se escucha de los amigos: “madre mía 25 años, aguantando a ….(tu marido/tu
mujer)”
Pero, ¿¿¿y cuando
se cumplen 25 años de vida religiosa???, pues la verdad que es algo que nunca
me había parado a pensar…..
Hace trece años
que empecé a tocar las vidas de algunas Hermanas Franciscanas de la Inmaculada
en Perú, conviví con ellas en su comunidad, en su casa, me hicieron partícipe
de cada momento como si de una más se tratase, siempre con mucho respeto y
cariño mutuo.
A algunas no volví
a verlas más, pero siempre hemos sabido encontrar un momento para el contacto,
para las risas y el recuerdo de tantos momentos…. A otras la vida nos fue
encontrando de nuevo en el camino, a otras las pude disfrutar en Valencia, en
Moncada y hasta en Zaragoza,!!pudiendo compartir con ellas mi trabajo y mi
familia!
En este tiempo se
reúnen en Moncada varias Hermanas de países diferentes; todas ellas celebran
sus bodas de plata. Recuerdo los emails, los wasaps….que desde hace tiempo, me
anunciaban la noticia, es cuando me paré a pensar en que de verdad era una
buena idea ese “regalo”.
Dar tu vida a los
demás, ser ejemplo para cada persona que toca tu vida, vidas de entrega y
dedicación, de vida en comunidad (que no siempre me la imagino fácil), de estar
muchas veces donde los demás no quieren…..en fin, que es motivo de celebración!
Pero, ¿cómo se
celebran unas bodas de plata religiosas?, yo no tenía ni idea…he ido
aprendiéndolo éstos días: cursos, charlas, actualización, retiro, excursiones,
encuentro con los restos de la fundadora de la congregación….muchas cosas que
seguro ponen la guinda a éstos 25 años, para que ellas sientan que, sin duda,
han merecido la pena!
En medio de todo
esto, (no son mis 25 años de nada….) pero yo también recibo un gran regalo!!En
la experiencia de misión a las que destinaron a cada una a una comunidad,
mandan a Sleeva a Zaragoza!!
Hace 13 años que
no nos veíamos, pero nunca me olvidé de la persona que primero me enseñó a
acercarme a los más débiles, a darles cariño, alegría y ganas de seguir.
Una persona que
con su ejemplo me hizo entender lo que era la sencillez, la gratuidad, el amor
al prójimo y hacer el bien a cada persona que se cruzaba en su camino o llamaba
a su puerta.
Han sido días
bonitos, de encuentro, de alegría, de risas, de recuerdos, de paseos, de
compartir trocitos de mi vida, pero también de tristeza al despedirnos y no
saber cuando se volverán a juntar nuestras vidas.
Pero me quedo con
todo lo bueno de éstos días, que encima se llenaron de más alegría cuando llegó
Chela!!
Ay Chela….sólo un
día, pero cuantas risas, cuantos recuerdos de Lima y Huancayo…nos ha faltado
tiempo…pero confío en el destino!
Me queda pendiente
algún abrazo que me gustaría dar antes de que regresen a su destino (Agnes no
te vayas sin él).
Pero me gustaría
compartir trocitos de este regalo (de Chela y Sleeva por sus 25 años de
religiosas, y mío por poder tenerlas en Zaragoza); momentos que no solo
compartieron conmigo, sino con todo el Colegio de la Purísima de Zaragoza,
momentos de fraternidad que siempre quedarán en el recuerdo de los niños sordos
y en mi corazón.
Solo espero que la
despedida sea HASTA MUY PRONTO.
Gracias por éstos
días.
Noelia
Gracias Noelia por compartir tus sentimientos, sin duda la celebración de estos 25 años de camino en una misión compartida con ustedes los laicos "haciendo todo el bien posible" a todas nos alegra, enriquece y desafía, la Congregación entera "crece".
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